Al llegar al aula de psicomotricidad nos encontramos con una gran sorpresa: una enorme montaña de peluches. Cada uno pudimos jugar con el nuestro y con otros muchos que allí había.
En un segundo se oyeron diferentes risas y pudimos ver abrazos, sonrisas, besos y diferentes manifestaciones de cariño hacia los peluches. Nos encantó.
Asomaros a la ventana, que os dejamos unas fotos.
Pero qué gran trabajo chicas...
ResponderEliminarSois estupendas!!
Un super abrazo.
Lo que sea por lo más pequeños. Para nosotras es muy gratificante ver todo lo que sienten
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